En su vigésima edición, el Premio Clara Campoamor ha recaído ex aequo en la política venezolana María Corina Machado y en la bióloga molecular e investigadora Sara García Alonso. La Fundación ASTI, nueve años promocionando entre niñas y jóvenes vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) ha recibido una mención de honor.
Ellas se suman a una lista de galardonadas que incluye desde juristas como María Telo; empresarias como Inmaculada Álvarez Morillas; agentes de la Policía Municipal; científicas como Margarita Salas o Rosa Menéndez; periodistas como Isabel Gemio, Victoria Prego, Carmen Sarmiento o Gloria Lomana hasta deportistas como Teresa Perales.
Hablar de marzo es hablar de mujeres. El Ayuntamiento ha desplegado una programación que llega a todos los distritos más allá del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, con la que visibilizar a aquellas que nos precedieron, la mayoría de las veces veladas por la sombra de sus coetáneos, a las que hoy siguen demostrando que no hay techos que puedan bloquear el camino que aquellas iniciaron y reivindicando la igualdad efectiva para todas las mujeres que vendrán. El lema de la campaña de este año fija claramente ese propósito: ‘Aceleremos por la igualdad, el futuro no puede esperar’.
Pero, quizá, la imagen que mejor glose esa voluntad sea la de las mujeres galardonadas con el Premio Clara Campoamor, un reconocimiento que en su vigésima edición ha recaído ex aequo en la política venezolana María Corina Machado y en la bióloga molecular e investigadora Sara García Alonso, con una mención de honor a la Fundación ASTI, por su labor de promoción de vocaciones STEM entre las jóvenes.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, les entregó el pasado viernes en reconocimiento, justo en un año en el que, además, se cumple el 25 aniversario de la aprobación del primer Plan de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres del Ayuntamiento de Madrid, una estrategia política que abrió un camino imparable pero que, como reconoció el alcalde, sigue estando abierto. “Tenemos la obligación de poner lo mejor de nosotros mismos para que la igualdad que proclama el artículo 14 de la Constitución sea real y efectiva”.
Las mujeres reconocidas este año se suman a una lista de galardonadas que incluye desde juristas como María Telo, la primera en recibirlo en 2006; empresarias como Inmaculada Álvarez Morillas (premiada en 2008); agentes de la Policía Municipal (2011); científicas como Margarita Salas (2012) o Rosa Menéndez (2021); periodistas como Isabel Gemio (2014), Victoria Prego (2015), Carmen Sarmiento (2017) o Gloria Lomana (2024); filósofas y ensayistas como Celia Amorós (2016) o deportistas de la talla de la nadadora paralímpica Teresa Perales (2013).
Un homenaje a las mujeres venezolanas
En un vídeo proyectado durante el acto, la líder opositora al régimen venezolano, María Corina Machado, quiso ‘despersonalizar’ el reconocimiento para hacerlo extensible a “las millones de mujeres venezolanas que jamás descansaremos hasta recuperar la libertad y la democracia en Venezuela para poder traer a nuestros hijos a casa”.
Esta ingeniera industrial y docente de profesión, es miembro destacado del Movimiento de Mujeres por la Democracia (MxD), una red internacional de féminas iberoamericanas de distintos sectores que impulsan la promoción de las mujeres y su participación en los espacios de toma de decisiones. Machado agradeció “de corazón” el reconocimiento y subrayó el simbolismo que encierra el nombre de Clara Campoamor, que “nos recuerda ese momento único, decisivo, en el cual España constitucionalizó el sufragio femenino, un hecho que no solo representa una enorme conquista para las mujeres españolas y para las mujeres del mundo, sino precisamente, y sobre todo, la reafirmación del principio universal de igualdad ante la ley. Se trata del principio fundamental de la soberanía popular por el que hoy los venezolanos lo estamos arriesgando todo y no descansaremos hasta hacerlo respetar”.
Su enérgica defensa de los derechos humanos, la libertad y la democracia la ha convertido en la primera persona latinoamericana en recibir el premio Václav Havel de Derechos Humanos que concede el Consejo de Europa. Fue en 2024, un año en el que recibió también, junto a Edmundo González, el premio Sájarov.
Un camino en construcción
Desde la conciencia de que su historia “no es la normal”, Sara García Alonso, leonesa, licenciada en biotecnología, doctora en biología molecular del cáncer y primera española seleccionada como miembro de la reserva de astronautas de la Agencia Espacial Europea, recordó que “la igualdad no es un destino ya alcanzado, sino un camino en construcción”. La historia demuestra la dificultad que entrañan los cambios. “Cada avance en igualdad ha sido cuestionado, resistido y, en ocasiones, frenado”, afirmó.
Para ella, la mejor receta para “borrar los límites” y encarar el reto social de la igualdad tiene tres ingredientes: pasión, esfuerzo y determinación. De ahí que este premio “más allá del reconocimiento personal, es un compromiso con todas aquellas niñas que sueñan con llegar lejos, con explorar el mundo y, por qué no, con llegar incluso más allá de la tierra”.
En el plano personal, el reconocimiento tiene para García Alonso una triple vertiente. Por un lado, por venir de Madrid, “una ciudad que representa tanto para mí, que me ha acogido, donde me he desarrollado como investigadora oncológica y donde estoy viviendo alguno de los momentos más felices de toda mi vida”. En segundo lugar, por llevar el nombre de una mujer “que nos enseñó que los derechos no se conceden, se conquistan y, una vez conquistados, hay que defenderlos cada día, en cada espacio y en cada oportunidad”. Y, finalmente, por el marco temporal del 8M, “una fecha que no es solo una efeméride, sino un día de reivindicación. Es un día en el que celebramos lo que hemos avanzado, pero también recordamos cuánto queda por hacer. Es un día en el que miramos adelante con la certeza de que la igualdad no es solo una lucha de mujeres, sino un reto de toda la sociedad. Del mismo modo, la igualdad no es una conquista del pasado, sino una tarea del presente y una responsabilidad para el futuro”.
“Sigamos avanzando, sigamos rompiendo barreras, sigamos conquistando no solo el espacio sino también el futuro”, concluyó.
Promoviendo vocaciones científicas y tecnológicas
Son más de 7.000 las niñas y jóvenes que, acompañadas por más de 500 mentoras, se han beneficiado del programa STEM Talent Girls, un innovador proyecto educativo que lleva a cabo desde hace nueve años la Fundación ASTI para desarrollar y estimular el talento científico y tecnológico en edades tempranas mediante técnicas de alto impacto social basadas en la colaboración y la educación en valores, con la finalidad de proporcionar referentes y crear una nueva generación de mujeres líderes en materias STEM.
Para ello, conectan a las alumnas con mentoras que guían su formación y crean una comunidad de jóvenes, profesionales y empresas que comparten inquietudes. La propia Sara García Alonso ha sido una de las participantes en este programa.
Verónica Pascual, presidenta de la fundación, acompañada por María Martínez Valera, alumna madrileña que lleva tres años en el programa, recogieron la mención de honor de manos de la vicealcaldesa, Inma Sanz. “Tenemos mucho trabajo todavía por hacer todos juntos porque esto es cosa de todos y porque nuestra sociedad y nuestra región necesitan lo mejor de nosotros y el mejor talento para impulsar nuestro talento y nuestro futuro”, subrayó Pascual.
Una reivindicación que hizo suya también, con un monólogo, la bióloga, investigadora y divulgadora madrileña Eva Cuesta.
Dos profesoras de la Escuela Municipal de Música de Vicálvaro, Alba Clemente y Laura María Ayuso, cerraron el acto, interpretando al violonchelo y piano el tema principal de la película Interstellar.