Descubre las 20 variedades de vid autóctonas que la Comunidad de Madrid está investigando para elevar la calidad de sus vinos

**Descubriendo el tesoro vitivinícola de El Encín: el trabajo del IMIDRA**

El consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, ha sido testigo hoy del arduo trabajo que llevan a cabo los expertos del IMIDRA en la recolección y estudio de variedades de vid, entre las que destacan la tempranillo, malvar, airén y la tortozona tinta. Estas cepas son analizadas minuciosamente para comprender su evolución, resistencia a enfermedades y calidad, con el objetivo de transmitir este valioso conocimiento a agricultores, enólogos y productores. De esta manera, se busca mantener los ecosistemas donde crecen estos cultivos y mejorar la calidad de las cosechas.

En las instalaciones de El Encín se encuentra una impresionante colección de variedades de vid, que es la segunda más grande de Europa y la tercera a nivel mundial. Esta colección, que se inició en 1950 al fusionar varias colecciones de distintas regiones de España, se ha ido enriqueciendo con muestras de diversas zonas vitivinícolas nacionales e internacionales, llegando a contar con 3.900 variedades en la actualidad. Entre estas variedades se encuentra la famosa «Teta de Vaca», que data del siglo II.

Lo más destacado de esta colección es que es la única en el mundo que se conserva bajo cultivo ecológico, gracias a las excelentes condiciones ambientales del terreno. Para preservar su patrimonio genético y permitir la realización de diversos ensayos, los investigadores del IMIDRA han recogido tres copias de la colección, recopilando información detallada sobre su evolución, calidad y viabilidad.

Durante la visita de Novillo, se hizo hincapié en la relevancia de este estudio científico para el sector agroalimentario. Además, se recorrió el museo ampelográfico, que alberga 200 muestras divididas en cuatro bloques: cepas utilizadas en la Denominación de Origen Vinos de Madrid, portainjertos resistentes a enfermedades, hibridaciones y sarmientos internacionales. Este museo es una fuente invaluable de conocimiento para los amantes del vino y los profesionales del sector.

El trabajo del IMIDRA no se limita a la investigación y conservación de variedades de vid, sino que también se extiende a la producción de vinos tintos, blancos y mostos en una bodega experimental. Además, se brinda formación a alumnos de escuelas de hostelería y programas de Erasmus Agrario, quienes tienen la oportunidad de adquirir conocimientos teóricos y prácticos en este campo tan apasionante.

En resumen, el IMIDRA desempeña un papel fundamental en la preservación y estudio de las variedades de vid, contribuyendo al desarrollo y la innovación en el sector vitivinícola. Su labor incansable garantiza la continuidad de estas cepas únicas y la excelencia en la calidad de los vinos que se producen en la región.

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