Sara García Alonso, investigadora oncológica y primera astronauta española, recibió el Premio Clara Campoamor en su vigésima edición el pasado 7 de marzo. Este reconocimiento no solo es un motivo de alegría personal, sino también un recordatorio de que la igualdad no es un destino alcanzado, sino un camino en construcción. Desde pequeña, siempre tuvo curiosidad por entender cómo funciona el mundo y que ese conocimiento sirviera para mejorar nuestra sociedad. Su interés por ser astronauta nació más tarde, cuando vio en la exploración espacial una extensión natural de su vocación científica.
Nacida en León, licenciada en biotecnología y doctora en biología molecular del cáncer, Sara hizo historia en 2022 al convertirse en la primera mujer española seleccionada para la reserva de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA). Su impacto va más allá del espacio: trabaja como divulgadora científica acercando las carreras STEM a las más jóvenes y es investigadora en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Compaginar la investigación oncológica con la preparación como astronauta de reserva no es tarea fácil, pero Sara lo logra gracias a su organización y pasión por lo que hace. Reconoce que, como mujer, ha tenido que demostrar más para ser vista como igualmente capaz, pero ha aprendido a no dejar que las barreras externas se conviertan en barreras internas.
El proceso de selección de astronautas de la ESA fue largo e intenso, pero Sara logró enfrentarse a él con una mentalidad resiliente y capacidad de trabajo en equipo. Lo que más le atrae del viaje espacial es la oportunidad de hacer ciencia en un entorno completamente distinto y contribuir al avance del conocimiento.
Si en los próximos años se convierte en la primera mujer que pisa la Luna, Sara espera inspirar a otras mujeres a seguir sus pasos y a no temer a fracasar. En su libro ‘Órbitas’, comparte momentos clave de su trayectoria, desde la incredulidad al recibir la llamada de la ESA hasta las dudas que ha tenido que gestionar en su carrera.
En el futuro, Sara se imagina contribuyendo a la ciencia desde distintos frentes: la investigación en la Tierra, la exploración espacial y la divulgación científica. Sueña con participar en una misión espacial y seguir inspirando a nuevas generaciones para que se atrevan a soñar en grande. Pero, sobre todo, se imagina en un mundo donde la igualdad de oportunidades ya no sea un tema de lucha, sino una realidad.
