El Hospital Gregorio Marañón ha dado un paso innovador en la humanización de sus espacios con la inauguración de las nuevas salas de espera de radiología y radioterapia, ahora convertidas en entornos curativos. Estas áreas han sido rediseñadas con el objetivo de reducir el estrés, la tensión y el miedo emocional que suelen experimentar los pacientes, acompañantes y personal sanitario.
El cambio en la apariencia de las salas de espera ha sido radical, con la introducción de «telas difusoras» de un azul similar al cielo y una iluminación con temperatura de color graduable que simula la luz del Mediterráneo. Este enfoque busca utilizar el color como un elemento clave en el bienestar y la recuperación de los pacientes, creando un ambiente acogedor y tranquilizador.
La inspiración para los tonos utilizados en este rediseño proviene de la obra «El niño de la barquita» de Joaquín Sorolla, con la colaboración del Museo Sorolla y la Fundación Sorolla en el centenario del fallecimiento del pintor. Esta iniciativa ha sido parte del proyecto más amplio de reforma del Hospital Oncológico del Gregorio Marañón, impulsado por la Dirección General de Humanización de la Consejería de Sanidad y en colaboración con la Escuela Técnica Superior de Edificación de la Universidad Politécnica de Madrid bajo el nombre «Et in Arcadia Ego».
La redefinición de estos entornos ambientales se enmarca en la estrategia de la Organización Mundial de la Salud «Culture for Health programe 2021– a vision for a healthier European Union», que reconoce el impacto positivo de la cultura en el bienestar emocional y la salud en entornos sanitarios. Además, se ha basado en la investigación sobre el color en arquitectura, específicamente en la «Teoría Enactiva del Color», que destaca la capacidad del color para influir en la conducta de las personas y transformar los espacios.
Este proyecto no solo busca mejorar la experiencia de los pacientes y el personal sanitario, sino que también se alinea con las tendencias actuales de humanización en la atención médica, priorizando el bienestar emocional y la comodidad de quienes acuden al hospital. La combinación de arte, color y luz en estas salas de espera representa un paso adelante en la creación de entornos terapéuticos que favorecen la recuperación y el bienestar de todos los involucrados.
En conclusión, la iniciativa del Hospital Gregorio Marañón de transformar las salas de espera de radiología y radioterapia en entornos curativos es un ejemplo inspirador de cómo el diseño y la ambientación pueden influir positivamente en la experiencia de los pacientes en un entorno médico. Este enfoque holístico hacia la atención sanitaria refleja un compromiso con la humanización y el bienestar de quienes acuden al hospital, marcando un precedente en la creación de espacios de sanación que van más allá de lo puramente clínico.
