**La importancia de los centros de acogimiento residencial para menores en situación de riesgo**
En la sociedad actual, es fundamental contar con recursos que brinden atención y cuidado a los menores que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. Es por eso que recientemente se ha aprobado un acuerdo que supone una inversión de 11,6 millones de euros para el mantenimiento de 50 plazas en tres centros de acogimiento residencial.
Estos centros están destinados a menores de entre 12 y 17 años que se encuentran en situación de guarda o tutela y que presentan conductas de alto riesgo social. Estos jóvenes pueden tener trastornos graves y recurrentes o necesitar programas educativos y terapéuticos específicos para controlar su comportamiento y emociones.
La atención que reciben en estos centros es integral y estructurada en tres fases: acogida y adaptación inicial, integración, y preparación para su salida a otros centros, a su familia o a la vida autónoma. Se les brinda cuidado personal, control y protección, asistencia educativa, rehabilitadora, terapéutica y social, así como otros servicios complementarios como ocio, talleres formativos y alternativas de empleo.
Es importante destacar que en estos centros se organizan núcleos reducidos de niños para que convivan en condiciones similares a las familiares, lo que contribuye a su bienestar y desarrollo integral.
Por otro lado, también se ha aprobado un segundo acuerdo que destina 5,3 millones de euros para la gestión de dos centros de acogimiento residencial para menores con discapacidad intelectual moderada o severa. Estos centros ofrecen 43 plazas con alojamiento, atención y educación dirigidas a niños de hasta 18 años.
La intervención con estos usuarios es individual e integral, centrándose en cada persona y en su unidad de convivencia. Se les brinda acompañamiento en la tramitación de prestaciones y documentos, así como se desarrollan actuaciones orientadas a fomentar su autonomía personal.
Es importante mencionar que el acogimiento residencial tiene carácter temporal, siendo la alternativa que se activa cuando no es posible desarrollar apoyos para mantener a los menores en su propia familia, promoviendo así su integración sociofamiliar.
En resumen, los centros de acogimiento residencial para menores en situación de riesgo son fundamentales para garantizar su bienestar y desarrollo integral. La inversión en estos recursos es una muestra del compromiso de la sociedad con los más vulnerables, asegurando un futuro mejor para estos jóvenes.