**Conservación de Edificios Neomudéjares en Madrid: Un Patrimonio Cultural en Riesgo**
En Madrid, la conservación de los edificios neomudéjares se ha convertido en una prioridad para el Ejecutivo autonómico. Este cambio afecta a 319 inmuebles, de los cuales 253 pasarán a integrarse en el Catálogo y otros 66 recibirán una mayor protección.
**La Importancia de la Preservación de los Edificios Neomudéjares**
Estos edificios neomudéjares son una expresión artística única en Madrid, caracterizados por el uso del ladrillo visto para formar arcos, muros y dinteles, así como por la simetría y proporción vertical de sus fachadas. La presencia de un zócalo en la parte baja y la distribución de huecos y macizos en todas las plantas los convierten en verdaderas joyas arquitectónicas.
**División de los Edificios Neomudéjares en Madrid**
Estos edificios se dividen en dos grandes grupos. El primero, diseñado por el urbanista Carlos María de Castro en 1898, se encuentra en la zona norte de la ciudad. Las residencias familiares construidas a finales del siglo XIX y principios del XX en las avenidas de la Reina Victoria y las calles de Raimundo Fernández Villaverde, Joaquín Costa, Francisco Silvela y Doctor Esquerdo forman parte de este grupo.
**El Segundo Grupo de Edificios Neomudéjares**
El segundo grupo comprende las viviendas obreras construidas en el antiguo extrarradio de Madrid, en barrios como Tetuán, Arganzuela, La Guindalera, Prosperidad, Puente de Vallecas, Carabanchel y Latina. Estas viviendas representan una parte importante de la historia y la cultura de la ciudad.
**Proceso de Valoración y Conservación**
El proceso de valoración de estos edificios ha sido exhaustivo, con un análisis documental e histórico detallado para determinar su estado de conservación y la necesidad de protección. Se han establecido tres niveles de preservación, que van desde el mantenimiento de la fachada hasta la protección integral del conjunto, incluyendo el interior.
**Conclusiones**
La conservación de los edificios neomudéjares en Madrid es fundamental para preservar la riqueza cultural y arquitectónica de la ciudad. Con medidas adecuadas de protección y mantenimiento, estos edificios podrán seguir siendo parte del patrimonio histórico de Madrid por muchos años más.